El caos, el fin

Cada vez que actuamos conforme a nuestro egoísmo y nuestro propio bienestar, estamos contribuyendo con el Señor de las tinieblas a destruir nuestro planeta, masacrando todo lo bueno que podemos entregar.

Las palabras: odio, mentira, ira, envidia, aprovechamiento, ¿qué nos dicen? ¿son ajenas a nuestra vida?

Claro que no. Es más, somos el gran cúmulo de todas ellas y los propagadores de estas malas actitudes.

Y es así como se va destruyendo el mundo...somos nosotros mismos los que cada día entristecemos el planeta y hacemos llorar al resto de las personas...

No hay que echarle la culpa a nadie más.

Ahora el desafío es plantearse qué puede hacer uno para que en la vida primen las buenas actitudes y no las destructivas.

Al menos, para pensarlo.


EL CAOS, EL FIN

Las tinieblas han besado la Tierra y
el fuego inmenso cae sin compasión,
los hombres mueren sin entender la razón

El caos ha surgido desde el mar,
las olas lo cubren todo, queriéndose
emancipar

Algún día todo fue hermoso, mares,
bosques y montañas sonreían al Sol,
y él los cobijaba dándoles su calor

Pero la arrogancia y prepotencia humana
colmaron la eternidad, el planeta se mofa
viéndolos temblar

Invencibles se creían, ingenuos mortales,
poseedores del saber, ‘grandes mentes’
que sólo querían poder...

No aprovecharon la oportunidad, maltrataron
su noble tierra, masacraron su historia
y se quejan sin cesar

Humanos, fuente de angustia y de
intranquilidad, traten de entender,
la noche oscura se ha dejado caer

Walter Schulz