Tuesday, April 10, 2007

Despierta de una vez


Era un día como todos. Luego de sus estudios caminaba por el centro de Santiago con el propósito de despejarse de sus preocupaciones e inquietudes. Se sentó frente a una galería y, mientras observaba, reflexionaba sobre la gente que pasaba delante de ella.

Al terminar su ejercicio de distracción, caminó hasta un local que en sus afueras tenía pegado varios carteles, pero uno llamó mucho su atención. Dicho cartel decía:

DESPIERTA DE UNA VEZ

Despierta de tus sueños humano inconsciente,
¿No ves que
muchos problemas del Mundo
provienen de actitudes como las que presentas tú?.
Te quejas por los atentados que diariamente sacuden
a los países del Medio Oriente, de las guerras que
promueven las potencias con el fin de mantener
su influencia y predominio por sobre las demás
naciones, de la frialdad imperante en los países
más desarrollados, donde el poder material y las
riquezas son el patrón por el cual se mide si una
persona vale la pena o no, de las situaciones de
hipocresía y deshonestidad de las clases políticas
mundiales, de la inconsecuencia de muchos
religiosos que profesan el amor y siembran el terror,
y así podría seguir nombrándolos... ¿No te parece
que todo este cúmulo de situaciones desagradables
y penosas no nacen así de la nada?. Piensa esto, tú
eres un Bush todos los días al querer penetrar en la vida
de tu ‘enemigo’ y sacar el máximo provecho de su fracaso
e inferioridad, tú eres todos los días un Hussein al no
aceptar que tus amigos se equivocan y los corres de tu
vida tal cual un fusilamiento o una desaparición forzosa.
Tú contribuyes con la deshonestidad al mentirle a tus
padres sobre lo que hiciste el fin de semana con tus
amigos, tú contribuyes con la inconsecuencia mientras
das consejos a tus cercanos y los traicionas realizando
todo lo que no debía ser, tú contribuyes con crear
la mentalidad fría que caracteriza a Occidente cuando
no escuchas a tus padres que quieren platicar contigo,
cuando no escuchas a tu hermano que te quiere contar
cómo le fue en el examen, cuando no saludas al chofer
de la micro que te sonrió, cuando miras en menos a alguien
que no viste la ropa que tú, cuando sonríes ensalzándote
de tus propios logros y no valoras a los que contribuyeron
en tus triunfos, cuando no haces sentar a tu mesa a tus
empleados, cuando das limosna sin mirar a quien la pide,
cuando no abrazas ni felicitas a tus amigos cuando les ocurre
algo positivo, en fin, cuando no entregas amor.

Entiende que esto te lo digo sin ánimo de condenarte
- yo no soy quien para hacerlo – si no que es un mensaje claro
que nos debería conmover a todos por igual. Si queremos
construir un mundo sobre los cimientos del amor y la concordia,
debemos empezar por nuestras vidas, preocupándonos de
sembrar actitudes de paz para lograr una vida tranquila, lejos
de los prejuicios, de los pelambres, los cahuines y de las
maquinaciones que terminan por destruir a los demás.

Con eso demostraríamos nuestra sed del bien de una manera
consecuente y sólida....Pues bien, ahora hazte la pregunta:
¿quieres que el mundo se oscurezca cada día más?


Perpleja, arrebató el cartel de la muralla, se tapó los ojos con las manos y se echó a llorar...


Walter Schulz