Sunday, February 21, 2010

El día comienza a morir



El juglar que constantemente irradiaba alegría, hoy era una sombra inmóvil. El ímpetu que lo caracterizaba, era un recuerdo lejano e inalcanzable. A ratos se le veía sentado en lo alto de un monte, maldiciendo al viento que se le cruzaba por delante. Sólo las aves que no entendían sus palabras, lo acompañaban.


EL DÍA COMIENZA A MORIR


El día comienza a morir

y la pequeña rosa

agita sus pétalos

al sentir el viento


Noche eterna, silenciosa

que abrazas la creación.

Manto negro que cobijas

la dulce flor en tu interior


Abraza mi alma

hasta los vírgenes cielos

del horizonte

Llévame a tu guarida y

sin miedo toma mi mano

hasta conducirme a los abismos


Nos toparemos con los mares,

las violentas olas harán rugir las rocas.

Se alzarán las llamas del infierno

burlándose de las brasas humeantes

que agonizan con la mirada perdida

en la lejana llanura cubierta de huesos


Allí contemplaré tu muerte, tu desgracia…


La fuerza del cosmos será insuficiente

para que puedas salir del encadenamiento.

Jamás volverás a sentir la lluvia

Ni el granizo maltratando tu mejilla.


Pero tú lo has querido, y a ti te vendrá..


Si la ira la pudieras contrarrestar, ya habrás

dejado pasar mucho tiempo desde que ésta

se ha instalado en mi ser, en compañía

de la amargura, antigua Reina del País

del Olvido.


Walter Schulz