Saturday, August 21, 2010

El País del Olvido. Primera parte. Cadáveres del Amor Negado.


En estas tierras se acumulan los desechos del querer, los restos de los amores no correspondidos que agonizan con la mirada vacía de amor y rebosante de ansiedad.

Es un país en el cual no hay gente en las calles. O mejor dicho si la hay, pero deambulan como seres inhóspitos en busca de una explicación…lo cual equivale a no vivir. A algunos se les ve arrojando piedras al mar contando cada una de las situaciones amargas, a otros se les observa sentado en las bancas de los parques con los ojos fijos en los árboles que lloran junto con ellos.

El plomo de las calles lo invade todo. No hay colores ni matices, la ciudad es un cúmulo de seres y vivencias deformes por el dolor, los que son envueltos por el pálido amanecer gris. ¡El mismo sol se contagió de esa opaca amargura!. Cada vez que el viento sopla en una dirección, se da cuenta que lo ha hecho en perjuicio de la otra, lo que implica que viva en un constante ir y venir que no tiene final, ¡parece un loco en busca de su anhelada estabilidad!.

No soportan el vacío de la tristeza cada una de las miradas que se entrecruzan en este gélido país. Por un momento, al sentirse observadas, creen que han renacido a la vida, pero es allí cuando se distraen y vuelven su andar agonizante bajo la llovizna.

Los animales rechazados por sus antiguas conquistas son esclavos de los humanos rechazados por sus antiguos amores. Ambos se complementan en su soledad y se consuelan mutuamente en el silencio eterno. Son seres desesperanzados, cadáveres del amor negado. Buscan compañía, afecto y calor, pero sólo encuentran una bofetada en el corazón y en su orgullo.

Son pocos los individuos que sobreviven a este exilio. El puerto por el cual salen los barcos de regreso a casa, parece un cementerio. No son más que dos los que logran zarpar para reencontrarse con el pasado. Los demás, yacen hundidos bajo el mar.


Walter Schulz