Las alas de la libertad
Las alas que durante un tiempo se mantuvieron
inmóviles a la espera de una orden que las hiciera volar, miraban atónitas lo nuevo que ocurría en el cuerpo que las sostenía.
Los años de esperanzas frustradas se habían terminado.
La orden por fin llegó: “¡funcionad! ¡iros si queréis!, sois libres al fin!”, se oía en el ambiente.
Pero ellas, confundidas y descolocadas,
no tenían la osadía de partir.
Se habían acostumbrado a permanecer así,
pensativas, contemplando la vida pasar por sus ojos.
Fue necesario un remezón para que se lanzaran al vuelo,
una sacudida violenta para que tomaran consciencia de
su nuevo estado que dejaba atrás los días de esclavitud.
Un poco atrofiadas, desacostumbradas de llevar a cabo su función,
emprendieron la aventura de surcar los cielos.
La vida se les aparecía tal cual era, inmensa, majestuosa y vibrante.
Nada podía aplacar la excitación que experimentaban en su interior.
Palabras vacías, cantos sin melodías, oraciones sin fe,
ése era el sentimiento reflejo del pasado.
inmóviles a la espera de una orden que las hiciera volar, miraban atónitas lo nuevo que ocurría en el cuerpo que las sostenía.
Los años de esperanzas frustradas se habían terminado.
La orden por fin llegó: “¡funcionad! ¡iros si queréis!, sois libres al fin!”, se oía en el ambiente.
Pero ellas, confundidas y descolocadas,
no tenían la osadía de partir.
Se habían acostumbrado a permanecer así,
pensativas, contemplando la vida pasar por sus ojos.
Fue necesario un remezón para que se lanzaran al vuelo,
una sacudida violenta para que tomaran consciencia de
su nuevo estado que dejaba atrás los días de esclavitud.
Un poco atrofiadas, desacostumbradas de llevar a cabo su función,
emprendieron la aventura de surcar los cielos.
La vida se les aparecía tal cual era, inmensa, majestuosa y vibrante.
Nada podía aplacar la excitación que experimentaban en su interior.
Palabras vacías, cantos sin melodías, oraciones sin fe,
ése era el sentimiento reflejo del pasado.
¡Ahora todo era tan distinto!.
Sentían que la llovizna las acariciaba.
Como nunca antes, se daban cuenta que el sol
Como nunca antes, se daban cuenta que el sol
las acurrucaba bajo su manto y que la luna las acompañaba
en sus alegrías y penurias
¡AHORA VIVÍAN DE VERDAD!
¡AHORA VIVÍAN DE VERDAD!
Walter Schulz